Columna Óscar Saavedra: "Desafíos económicos para 2015: mejor trabajo, mejor crecimiento"
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09 · Enero · 2015

Columna Óscar Saavedra: "Desafíos económicos para 2015: mejor trabajo, mejor crecimiento"

Que Chile crece a una velocidad más lenta de la que se quisiera es un hecho. Con el diagnóstico certero, el debate se traslada a establecer las causas de este fenómeno y a tratar también, con las dificultades que esto tiene, de vislumbrar posibles alternativas para retomar el nivel de proyección que ostentamos como promedio desde que nuestro país retornó a la democracia.

economiaUna sociedad para que se pueda desarrollar económicamente, necesita de un marco jurídico y político estable, que el estado de derecho se garantice, que toda la sociedad tenga acceso a la justicia y el gobierno actúe dentro de la legalidad. Las libertades económicas y la protección de los derechos humanos también tienen efectos positivos en las economías. Los derechos de la propiedad privada, por ejemplo, fomenta la productividad y la innovación, con el fin de que cada uno de nosotros pueda tener el control de los frutos de su trabajo y de su bienestar.

Las instituciones políticas inclusivas y sistemas pluralistas que protegen los derechos individuales son condiciones previas necesarias para el desarrollo económico (que es el aumento sostenido de los niveles de vida de un país).

Los países desarrollados tienen una ventaja competitiva en la producción de sus productos y el desarrollo de alta tecnología, porqué intentan aumentar la probabilidad y la cantidad de inversión en sus economías por empresas nacionales y extranjeras. Además, poseen una fuerza laboral altamente educada y calificada, lo cual es una gran oportunidad, por lo que muchas empresas consideran deseable cuando se toman decisiones de inversión. Cuando un país tiene una mayor inversión privada, puede aumentar la riqueza, disminuir el desempleo, aumentar el crecimiento y desarrollo, y ser más justo. De este modo, el país puede orientar su inversión pública para avanzar en el desarrollo de la cultura, con una población altamente educada, puede perfeccionar las artes, la arquitectura, la pintura, la artesanía y su historia.

Para pensar en el futuro, hay declaraciones que parecen ser señales positivas para el país. El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, señaló que "hoy la economía se encuentra en buen pie para retomar una senda de mayor crecimiento". En esta tarea, colaboraría el escenario mundial que tendría un crecimiento promedio superior al chileno.

A propósito, el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, dijo finalizando el 2014 que "hemos tocado fondo en el tercer trimestre y lo que se espera es una moderada recuperación en el cuarto trimestre". Si bien, sus opiniones pueden estar marcadas por la necesidad política de inyectar una dosis de optimismo a la economía nacional, es sano reconocer que existe prudencia y responsabilidad en sus palabras.

Reconociendo estos elementos, entonces los desafíos que se plantean son de carácter más complejo, si es que pensamos en el bienestar también de los trabajadores, grandes precursores del crecimiento del país, pero se evidencian crudamente las falencias que aún imperan sobre ellos, que son el motor de la economía. Y, como tales, se les debe valorar en la medida que corresponde.

Un tema vital, para asimilar todo este fenómeno, lo plantea el economista Gonzalo Durán en las páginas de El Mostrador quien se pregunta "quién decrece cuando Chile decrece". En este sentido, se sustenta la idea de que la desaceleración es un efecto también producido por la precariedad del empleo y la contención de los salarios.

Para concluir, los factores que se deben incluir sobre la balanza para explicar el fenómeno de la desaceleración son mucho más complejos y deben contener las realidades sociales de los distintos interventores de la economía, como el de los trabajadores, como la disminución de la inversión privada (por la poca confianza que perciben en la conducción política y económica los empresarios nacionales e internacionales), como el de los hechos que vienen desde afuera y que golpean en una economía abierta como la chilena. Eso sí, para levantarnos nuevamente, la prioridad debe ser estimular el crecimiento, pero un crecimiento que incluya a todos. No se trata sólo de crecer más, sino de crecer mejor.