[COLUMNA] Los frutos de escucharse
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29 · Mayo · 2015

[COLUMNA] Los frutos de escucharse

Columna Lionel 02Finalmente, esta semana se concretó la reunión entre el nuevo ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alberto Salas. Evento esperado, considerando que el ministro había tenido encuentros con la CPC, pero nunca directa y personalmente con Alberto Salas, claro opositor a diversas reformas que impulsa el gobierno.

por Lionel Valenzuela, Director MBA USM.

 

Según medios de comunicación, en la reunión se habrían tratado diversos temas como crecimiento e inversión, la reforma laboral, paro de Aduanas y Reforma Tributaria, entre otros. Eso sí, se planteó que hubo diferencias. “Hay muchos puntos en que no podemos estar de acuerdo”, dijo Valdés. Y eso es bueno. Una gran noticia.

 

Es sano que haya diferencias. Diferentes miradas enriquecen el debate, la homogeneidad lo bloquea. Y mucho más sano aún es que existan las instancias (y que perduren) para plantearlas de frente. Enfrentar las controversias con respeto y transparencia es una situación ideal en benefició de las políticas públicas que se construyan.

 

Encuentros como estos tienen beneficios múltiples, a saber: se restituyen las confianzas que en algún momento pudieron erosionarse, se abre la puerta a hacer perdurar el diálogo y, por cierto, se eliminan las incertidumbres que tanto han reclamado los sectores empresariales. Con certezas, poner el pie en el acelerador de las inversiones es más fácil.

 

Es valorable este diálogo abierto con la CPC, tal como lo anunciara el ministro, en tanto representantes del empresariado nacional, quienes tienen mucho que decir y aportar al desarrollo de nuestro país. Pero no sólo debe inclinarse la balanza hacia este organismo, a pesar de su importancia.

 

Existen también otros actores en las fuerzas productivas que son relevantes a la hora de levantar ideas y propuestas, para seguir adelante con las reformas que contribuyan a combatir la desigualdad y que a la vez, sean facilitadoras del repunte en el crecimiento a nivel país. Por lo menos, en este comienzo, la alta dirección –pública y privada- ha querido encontrarse, y de eso no puede resultar nada negativo.